Yendo por la
calle me senté en el banco donde, embargado por la pena, me declaré incapaz de seguir
comiendo acelgas hervidas con un poco de limón.
Pero, ¿Qué quieres?
¿La sal de su
risa, aunque te suba la tensión?; ¿tres besos de los que hacen ruido?, ¿el
braceo flamenco de su baile jondo que la convierte en sibila a punto de revelar
el misterio de la vida?.
¿El croqueteo
de los domingos con jamón?, ¿una mirada que lo dice todo y se pierde en la madrugá?.
¿el secreto de sus
flanes que tiemblan en la cuchara antes de entregarse?. ¿La caricia del vuelo
de un bulanico iluminado de Avatar?.
¿Saber por qué
hasta el sol se pone de su lado?, ¿escuchar a Enrique Morente?, ¿esperar a que los
dompedros se abran en cien colores?.
¿Decirle que le
serás fiel todos los días de tu vida, en la salud y en la enfermedad, en la
riqueza y en la pobreza, en la alegría y en la tristeza, mientras exista la
manzanilla y la estrella polar?.
¡Oye!, ..
♫ Allí dentro
veo
Un barril
tapao,
Quiera, Dios,
prima,
Que sea amontillao
♫
¡Qué bueno, por favor, Migue!
ResponderEliminarMe rindo. Eso es escribir por derecho, con gracia y sentimiento.
ResponderEliminarMi total admiración y un sincero abrazo.
Se ve que lo quiere "to". Cuanto arte maestro.
ResponderEliminarBesos.