miércoles, 11 de diciembre de 2013

Invita la almohada...


Cada vez que te veo, en sus hombros me suben  las montañas más flamencas y  allí en sus cumbres respiro tu cante azul y libre.

Huele a  clavito y canela y trocitos de sueños, se escuchan tus latíos y los ríos cambian de curso sin saber por qué.

Tormento apasionado no me hagas penar más, déjame un momento que quiero recordar sus formas…

La de mirar, de reír, de hablar, la de coger el móvil, de sentarse, la de llevar el compás, la de arreglarse, las del movimiento de sus pestañas. No sé como lo hace para que todo sea tan, tan,  tan. Pero así es.

Si calla, ¡ay! sus silencios; si  ríe, hay risas en mí, ¡ay! si no me diste un beso, ¡ay! si entornaste los ojos tres veces, ¡ay! si tosiste dos, ¡ay! si no me has mandao un wasap en todo el día, ¡ay, ay, ay! que sí, que contigo me quedo, aunque enloquezca, y que malico me pongo, me muero, me muero si no te tengo.
Pero no te quiero, se le digo a mi almohada;  y enseguida me responde un… ¡anda ya!, cómo la vas a querer, si la quisieras no podrías cantar una soleá sin llorar como lloras, ni al irse tu pensamiento con ella te darías un corte cuando te afeitas, ni en la ducha las pompas de jabón se quedarían suspendidas delante de tu nariz.

Que no, que no, que si la quisieras no oirías su voz cuando pasa el Sol por tu ventana, ni soñarías que la sueñas, ni te despertaría el sonío de una guitarra, ni estarías preocupao por no saber si estará mejor de la garganta, 
¡ anda ya!   Tú no la quieres, quédate tranquilo.

 ¿Tranquilo?... Ahí es cuando no puedo más y le repregunto. Entonces    por qué tengo esta penita aquí, y aquí, y aquí… y por qué me quedo mirando la Luna , y por qué me puse, con prisas de verla, el jersey del revés, y por qué he vuelto a Bécquer, y por qué me voy al campo buscando soledad, y por qué cuento las hojas que caen en el bulevar.

Pues por eso, murmura al oído, porque no la quieres, tú estás paseando, de su mano, muy cerca del Olimpo, respirando las miradas de unas nubes apasionadas,  bebiendo el elixir de lo que amargará infinito si algún día te faltaran sus besos, sus caricias, su aliento, su voz, y sus enfados; de todas formas… pídele a Baco un coctel de piña colada, que invito yo. Y duerme tranquilo que tú no la quieres, tú lo que estás es colaíto perdío, Dios mío, colaíto perdío…  quién pudiera.

 

lunes, 2 de diciembre de 2013

En un bar...Mazas, relatos, poesía y cante.




Yo iba dispuesto a encontrarte, a preguntar, a viajar hasta la esquina del puesto de castañas asás, y saber qué candelita hará falta para convertir tus pensamientos de frío en otros que tengan  37 grados de enamorá.

Cuántos sueños habrá que juntar para que sea… lo que no puede ser.

Dónde buscaré las palabritas que quieran brillar en tus ojirris, sea noche, sea día, por  si te ven triste, ¡ay! te bailen por bulerías.

Qué besos, qué poesía, qué vida, qué corazón, podrá soportar el peso infinito de no tenerte a mi lado hasta que el amanecer nos prepare su zumo de naranja entre los cielos de esta Andalucía.

Tiemblan las estrellitas, tiemblan, cuando llega la noche y no tengo, flamenca, ni un beso para la cena. Y me voy a la cama, con un desconsuelo, con un no se qué, con un hambre,  que cuando toco las sábanas frías… lo pienso mejor y tiro para la cocina.

Preparo una humilde tila acompañada de unas humildes magdalenas, y ya puestos unas onzas de chocolate con almendras, unas galletas Oreo, más tranquilo...

Doy tiempo a la madrugá para que, si ella quiere, nos sentemos en los sillones de orejas, alrededor de la mesa camilla, con una bandeja de mazapanes,  una botella de pacharán, dos chupitos y…

Mirando al cielo del bulevar, con la luz de Luna que quede, me cuente historias, que empiecen con el…

Érase una vez, un jueves por la tarde, en un bar llamado Deán, fueron llegando unos amigos, cada uno con su escrito debajo del brazo, unos nervios doblaítos para que no se notaran mucho y unas ganas de ser voz de lo que cada uno en soledad fue creando. Hoy sus palabras pintarían las paredes, los cuadros de nariz colorá, las mesas, los corazones…

La música de fondo fue un cariño tan acogedor como nunca pude imaginar.

Aquello era Oriente, aroma  de café de palabras horneás… yo ví a los Reyes Magos, por lo menos a uno.

Os miraba…

Desde Rocío a Begoña y así cada voz fue configurando una orquesta, que aunque distinta a la de Carlos, brilló en el viaje de cada palabra.

Fernando entre el público daba serenidad, la  de saber que en cada lunes, habíamos aprendido a … titular.

Cuando os veo entiendo que sea tan bonito  el escribir.


miércoles, 13 de noviembre de 2013

Somos árboles...


Aunque sé que te fallé…  quiero perder lo que me queda. Dame un momento llenito de tí, yo me encargo de las castañas calenticas, recién asá. Y de la chimenea,  y de trasnochar entre ascuas, y …

Te contaré de los árboles que guardarán en su piel la escritura de lo que nunca se escribió; regálame un momento, ese que perdí por mirar las estrellas de más.

No comprendo la vida sin cantar tu nombre, por abajo, por arriba, en tu almohada haciéndote cosquillas, lo más bonito… tú.

Sobran los mundos que ofrecen riquezas, gloria y fortuna. Nosotros somos  palmeras, y olivos, y granaos, y las raíces las echamos  a orillas del mar, donde la sal marina tiene yodo y oro y es gratis.

Si nos despiertan las olas cuando el alba empieza a bostezar, y una bailaora taconea descalza en la arena, y el cante rompe a hervir y se rompe una media, un calcetín… es la libertad que se ha hecho flamenca.

Anochecer, de la chimenea salen chispas como fuegos artificiales, esmeraldas, amarillas y naranjas.

Sé que tus mejillas las besé, pero era a tus labios a quien yo besaba.

 

sábado, 9 de noviembre de 2013

La guitarra


Si alguna vez el rasgueo de una guitarra te dejara ausente, si el quejío del flamenco te traspasara hasta llegar al fondo de tu alma, entorna los ojos porque lo que sientes es tan puro como el reflejo del lucero en un cielo raso de noviembre…

Río que quiere ser mar, olas que a compás te llevan a Triana de la mano de un cante de  La Lole, manojito de piropos encendidos, donde hubo rescoldos hay fuego escondío.

No hará falta traje de volantes ni de lunares, tú eres mi inspiración y mi vida y mi sueño.

Tu cante, mi vino. Tu mirar, mi feria. Tu sentir, mi poesía.

Entonces la vida será la varita que se arranca del un olivo, siempre con hojas aunque nieve y haga frío. Así te quiero yo.

Escribir una soleá en el aire no se puede, si la tinta no es de aceite virgen extra y no se siente la lágrima que derrama.

Letras de flamenco, amores que han llegao donde han querío, no más lejos, unos besos por wasap…parece poco, a mí me han vuelto loco.

A los flamencos le sobra tó, menos un juntarse a comer jamón, tener fresquito el fruto de vendimia  fina de Sanlúcar, unas gambas de Huelva bien cocias, unos camarones y dolerte, por bulerías, al sentir:

¡Ay! me voy a bordar tu nombre,

en las trenzas de mi pelo,

con hilillos de colores,

 pa que veas cómo te quiero.

 

viernes, 8 de noviembre de 2013

Ahora que el frío ...


Ahora que se acerca el frío, me arroparé con tus besos ecológicos y que abrigan más que los de pura lana virgen.

Leeré las rimas de Becquer. Aquellas que  leí con prisas.

Hoy me alegro, hoy las siento, me duelen como un ¡Ay, flamenco!, que se clavan, mirá de reproche.

A sorbos cortos fuí tomando tu amor, tu poesía, tus proyectos, tus ganas de ser,  y a trazos largos hoy, iré escribiendo cuánto me duele no tenerte.

No voy a natación, pero no dejo de chapotear entre tantos pensamientos, buscando  alguno donde agarrarme y seguir a flote.

Sueño con tu voz cuando recitabas la tabla de multiplicar,  soniquete que terminabas con y yo te quiero mil.

Buscamos a alguien importante para que supiera que tú y yo… nunca dejarímos de querernos, de cantar,  de escribir, de abrazarnos. Viviríamos como los tontos… de amor contigo.

Elegimos como testigo la estatua de Bernabé Soriano, y volaron al cielo frases en clave de Sol y de Luna, eternas: Que otros busquen tesoros, que escriban historias, que prueben lo mejor de cada cocina…

Yo me quedo esta noche  hecho un lío y con un pié frío, voy a preparar un menta poleo calentico.

   

miércoles, 23 de octubre de 2013

Aquéllos dibujos animados


Cómo pueden quedarse así, tan a mano, durante tantos años esos momentos de la infancia en que sales del colegio por la tarde, tiras la cartera al llegar a casa, ves a tu madre en la cocina preparando la merienda y tú te pegas a la televisión con Locomotoro, Valentina, Los Hermanos Malasombra… así fuimos, nada de lo que en el mundo sucedía tenía muestra atención.

Magia pura que cuando eres niño no sabes que eso es ser feliz, Heidi jugando al escondite entre el heno que se queda en su pelo, risas azules, pero... nos pasa a todos, también eso se acaba.

Cuando sabe que tiene que abandonar el Edén, sólo se le ocurre subir a lo más alto, aspirar todo el aire de los Alpes de una vez  y soltarlo poco a poco durante el resto de su vida.

 

martes, 15 de octubre de 2013

Los celos


Me habéis hecho llorar mientras iba leyendo vuestros comentarios, poniendo el dedo en cada palabra os he sentío más cerca, en cada vocal, sin excusas de buscar nada que no sea nuestros lazos. Venía emocionao del Pepe Polluelas.

Y ahora ... escribimos sobre los celos, así que sigo llorando, porque eso y hacer  pedacitos un corazón hasta dejarlo como la libra de pan para hacer migas en el campo de Fernando, es lo mismo.

Lo que diga a partir de aquí es confidencial, sólo para nosotros. Lo negaré con fuerza erga omnes.

Voy dando traspiés como niño en sus primeros pasos, asombro de la vida, brazos a medio alzar, equilibrio sin ti no hay, aunque lo busque en el Gin-tonic con un  buen Yantar.

Veo que la tierra  aguanta, y sé  que estará ahí cuando caiga, no pidiendo nada,  eso me tranquiliza, algo.

La quiero tanto, que no demuestro celos porque es tan, tan, que …

Lleva dentro un Pacífico azul, pero azul, azul de los que no  se dan nunca, salvo que la Luna esa noche tenga el mismo contorno de sus ojos; entonces emerge de las aguas, recién peiná, pelo recogido con peineta de coral,  y  por bulerías cuajadas de requiebros que sólo ella conoce, canta:

¡abrazame! , ¡Ay! hazme un laíto en tu cama, que quiero dormir contigo, llamarte por la mañana.

Me conformo con haberla conocido, el roce de sus manos hubiera bastado para llenar mil páginas, más de lo que nunca escribí.   

Quererla más… por hoy, no puedo.

Si me pregunta, mirándome de cerca, como sólo ella sabe hacer … ¿tienes celos?

Está claro que teniendo tan cerquita los Cerros de Úbeda, por allí saldré.

 

 

miércoles, 9 de octubre de 2013

Jueves de Otoño


Jondo como un cante que nace en los mismos cimientos del agua, verde como el oasis de un recuerdo. Así me desvela un reflejo de la luna de esta noche; con los ojirris todavía entornados y gesto del que busca a tientas no sabe qué, se encuentra con Orión en la ventana, tres estrellas con  ganas de palique,  brillando tan hermosas que me pongo las gafas, que provocación, hay que irse a... 

Un patio cordobés. El que tiene una fuente de aguardiente, allí cogí la manía de beberte, enredá en el perfume de un clavel reventón  que se salía del tiesto. ¡Ay, qué barrio! Luego…

Estuvimos en todos los paisajes más bellos y evocadores del mundo a la vez, eclosión de libertad que no es predecible, rincones para hablar despacio, sin prisa el que más me gustó, no sé cómo se llama, impresionante. Hay que volver…  

Volando que ya huele a guisao y …

En esos recetarios antiguos que nunca acariciamos dejamos de ser parte de lo que pudimos. La esencia de una mayonesa me recuerda que …

Sin ti cuánto pesa la nada, pero...

Decidido a quererte me voy a Jerez para aprender el compás por bulerías, luego leer tranquilamente el libro de María José, top 100 entre los amazón, rodeado de un limonero que tiene el mismo tono que el...

El oro que guarda todas las caricias, de todos los mares y todas sus playas. Entre las arenas de las dunas de Arabia…

Otra vez…

Tropiezo con las mismas palabras cada vez que te recuerdo,  retrocedo tres pasos porque sería una alucinación …

Oigo tu cante, ése que rompe el aire, y lo hace nuevo…

Ñ, jjjosú con la ñ, no encuentro ni una palabra. Eso también me pasa cuando te veo radiante, tan guapa, leyendo junto a la ventana, y te quitas las gafas despacio, reclinas la cabeza y te duermes, ahí es cuando me acerco descalzo y te beso…

Otra vez quedo herido por la nostalgia, qué suerte hemos tenido en esta vida… no la cambio por nada.

miércoles, 2 de octubre de 2013

El Camino


Yo quiero el camino para encontrarme contigo. El camino, esta noche, son unos flamenquines recién hechos, un lomo de orza en aceite de oliva y unos pimientos rojos asados. Aceitunas de cornezuelo, cerveza entre un no parar de hablar de poesía, de historias que ya pasaron, de los primeros te quieros que sentimos clavarse en el alma.

El camino es mirar al cielo y verlo cuajado de estrellas, las mismas que se arreglan cada noche esperando tu mirar y cuando no lo haces, celosas lloran, cómo se consuelan esperando siempre un encuentro en la madrugá.

El camino es un caprichoso del infinito que no quiere la oscuridad, deseo  de verte, cúanto tiempo dura la espera, Sísifo no se cansa en su esfuerzo inútil, porque piensa en ti.

Si alguna vez ese camino se hiciera tan hermoso que entre colinas y valles, bosques y desiertos hicieran que de ti me olvidare un sólo instante, es que también me olvidé de mí.

Si hablando pierdo la senda, si tanta belleza encontrada me fuerza hasta perder la cabeza, será suficiente un soplo de tu cante en el silencio para que por bulerías renazca el roce de tus manos con las mías:

Tú no te imaginas las ganas que tenía de verte.

 

 

 

 

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Bienal de Flamenco en Sevilla


Bailar contigo fue un juego de miradas, fragancia en un patio de jazmines, lunares que se sueltan de tu vestío para perderse en el barrio de Santa Cruz, eco flamenco de Los Gallos, rosa que florece en tu pelo, nace la madrugá.

Fuerza del huracán celoso, herido, que se retira del mundo en busca de soledad.

Lágrima que derrama,  Finisterre de su viaje, sencillez insuperable, penita por siguiriyas, confines de un alma sin alas.

Amar, resorte oculto que sin saber cómo, se activa, y entonces … es locura que no vive, que no duerme; criatura que de nada que no sea amar entiende; pájaros y  piedras, nubes y yerba, amaneceres entre ecos de eternidad. Error que era imposible.

Viendo que los rescoldos de la vida no ardían con fuerza, les sopló y con los ojos llorosos miró al cielo, Damasco de silencios, agüitas del Guadalquivir, flamenco que se entona entre pucheros con reflejos de Luna. Y escribió en el aire el nombre de la que pasea entre arenas blancas.

Soñar no es nada, porque aquella noche, daría razón al existir de toda una vida, no fue sueño. Tanto tiempo preparando cada detalle, entradas a los Reales Alcázares de Sevilla, número de fila, voz doliente de Al-Mutamid.

Aguas de la Fuente de Neptuno, jardines encantados, Giralda que no pierde ojito de lo que allí se cuece, grito de caminos nuevos… lamento de Tristán.

Quién iba a decirnos que terminaríamos la noche en el Estrecho de Gibraltar, entre las brisas marineras, sacudiendo la cabeza soltaste tu cabello al viento, yo también, pelón como estoy sacudí lo que pude; como Ulises cautivo de la enamoradiza Calipso, promesa de inmortalidad, alcánzame  un beso que no llego, cercanías del Jardín de las Hespérides, el espacio más hermoso del planeta para escuchar el murmullo suave del oleaje que une a dos corazones, a dos mundos a dos mares.  

Morir de amor allí, es como haber caído en la casilla del juego de la oca, para así empezar de nuevo, desde el principio. Y cantar con Fosforito:

Dice mi morena que si la quiero

Sabiendo que por ella

De penita yo me muero.

jueves, 19 de septiembre de 2013

La Receta


La tienes tú y no me la quieres dar, vas por la calle recreando un sueño que sólo anda por ahí. Si paseas, pasea; si te detienes, se para; si despiertas, te mira; si duermes…

Repasas la compra: tomates y cebollas, patatas y zanahorias… que no se me olvide el perejil. El perejil que no se te olvide, mejor olvidar al que va por ahí preguntando a cada estrella, a cada planeta, a cada  anillo, hasta llegar al último rincón del infinito, supernova lejana, por si te han visto pasar esta  mañana.

En el silencio se escucha tu cante, corazón que se hizo flamenco, revolaina de un te quiero por soleá, gesto del que no está  sabiendo lo que sientes.

Aceite de olivares centenarios, pan tostao en el chisco de la chimenea, manzanas de río…

¡Ojito con mirar!, porque el que te mira, abandonará su sino para pasear por vergeles de luz, el que te contemple, está perdío pa tó la vía.

Estoy embrujaito. Si el aire mueve una flor me lleva a ti; si un niño gatea en el bulevar, me lleva a ti; si un perrillo juega con la hierba, me lleva a ti, si del coche parado en el semáforo escucho… ¡Perdone, cómo se llama esa canción!. Ni idea.... también me me lleva a ti.

No hay horas del día, de la noche que no tengan tu risa,  tus labios, tu luz.

Vuelo a tu lado por si te veo cocinar y ver la receta que más quiero, miro por tus ventanitas y me las encuentro con las cortinas echás.  

Receta de pensamientos llevadme al mercado que quiero garbanzos para hacer  un cocido, que hierva cinco horas.  Con su caldico, sopa de fideos; con la pechuga del pollo, croquetas; con lo que sobre, ropa vieja, y luego…

Descubriré que la única receta mágica que tengo es la de quererte al compás de una guitarra.

Te llevaré en brazos, Luna, con el viento de cara, novia de velo en calma, cometas de rastros infinitos, hilos de colores, pulserilla   que no se desata.

Cuando el alba bese tu frente, y el café esté recién molido… regálame dos miradas de enamorá.

Amanece, todo el aire es aroma, galletas maría recién horneadas, chimeneas de cuento en una fábrica que tan cerca se ha quedado de un Jaén que busca el desayuno y tu despertar. Mira si te quiero, si no me camelas… ni lo huelo.

 

martes, 10 de septiembre de 2013

El anuncio


Hotel Alfonso XIII, Sevilla, mañana de cualquier día soleado y con gracia.

Jacinto envió al periódico un anuncio de contactos: Divorciado, ofrece, viaje por el mundo, todo pagado, a la mujer que reúna las siguientes condiciones y tal y tal y tal.

Tres meses divorciado y está más arrepentido que el que no sabe nadar y se le pincha el flotador en mitad de la vida.

En la sala reservada, esperan sentadas cinco…, cinco monumentos, cinco paisajes de rollitos de primavera, cinco rascacielos, cinco continentes, cinco farolas que iluminan a todito lo que las rodea.

Vestuario, perfumería, calzado, alta peluquería… esteticismo puro.

Uno se quedaría allí sentado como si estuviera en el  Bellas Artes Sevillano.

Camareros que rondan, por turnos, cada dos por tres ofreciendo nada, porque cuando las miraban sólo ponían ojillos de Bambi.

Se abre la puerta con fuerza y aparece la sexta. No termina de entrar, pasa revista a sus cinco oponentes, cierra con un portazo y suelta a bocajarro:

-El viaje es para mí, así que ya estáis…

La secretaria de nuestro protagonista, en ese momento,  llama a la primera, citada a las diez y cuarenta y cinco, cuando se va a levantar, la Sexta vuelve a soltar un:

-¡ni se te ocurra!.

Entró ella en su lugar, una pequeña salita donde todo estaba decorado con cerámica de Triana.

Lo que sucedió allí fue la historia del amor que no se rinde. Recordaron la primera vez que se vieron siendo apenas unos niños. Y cómo buscaban sus miradas en la distancia, y cómo pasaban las noches soñándose.

Su primera frase  ¿Quieres pipas?.. Bueno.

Y la panzá de pipas que se dieron por no hablar, por no saber, hasta que la lengua les escocía de tanta sal.

En el paseo hasta la Fuente del Olvido, sólo se dijeron, están buenas, eh? Y un si, muy buenas. Pero con todo estuvieron tan a gusto uno junto al otro que bebieron la felicidad primera, la que te hace sentir un qué es esto que no salgo de mi, pensando en ti.

Y su primer camino rociero de la mano, pinos, arena, agua del Quema…

Lloraron abrazados, la secretaria despidió a las cinco farolas con agradecimiento y un sobrecito.
Se fueron de viaje por el mundo,  tranquilos, porque dejaron a los niños con la abuela.

 

 

martes, 3 de septiembre de 2013

El olvido


Si yo pudiera olvidar que te quiero, entonces nunca serías recuerdo. Historias de una noche que se adentran en las entrañas de la tierra, Sacromonte de Graná, cómo te voy a olvidar; zambra abierta, baile que  envuelve, estrechura de la vida, licor del alma.

Asomás están las estrellas para ver tu cadenilla de bronce. Pendientes de un suspiro, de unos labios, de un deseo, de un beso contenido, vale  más que no se pierda.

Risas y gestos que allí se dibujan en sombras encalás, toque de guitarra, paseo en alpargatas, espaldas que se cubren con  rocío, vida que se guarda para cuando haga falta.

Cuántos momentos tuvo, madrugá de soles, veranillo de San Miguel, palabritas enredás, sin saber, sin imaginar. De la Atlántida tuvo que llegar la brisa buscando la calidez de una caricia, reposo en una copa de vino, poema que se quema.

Sin ti ahora, me dedico a olvidarte cada diez minutos.  

Música que acompaña entre lecturas y pensamientos; mesita de noche, lamparilla luz de melocotón. A veces lo tenemos tó y nos empeñamos en que no.

Vida descalza en mitad de la corriente, deshielos de Sierra Nevada, zapatos que bailaron toda la noche y ahora duermen  tendidos en una rama de almendras tostás.

No te olvidaré porque cuando cantas, lo que se me olvidan son las lentejas  que tenía puestas.    

 

  

martes, 27 de agosto de 2013

Imaginemos en el nombre del amor


La culpa no es del viento que en libertad deja su ejemplo, ni de los ríos que nacen llenos de vida sin preguntar  quién tiene sed.

Las golondrinas y los gorriones llegan a la noche sin más ambición que el gesto que recoge sus alas.

La belleza cuando está tan cerca, a veces no se ve. Música que señala  lo que se siente con el roce de tu mano.

Ya está tó el pescao vendío. Pero a veces unos enamoraos quedan los jueves y se conjuran para mantener las palabras llenas de tierra, semilla que espera un paisaje, un sabor, una caricia.

Tarea de rebusca paciente, Ruth en el campo. Pasan las grandes cosechadoras y entre los terruños olvidados se dejan cabezas de ajos.

¡Cabezas de ajos! De los que se pelan con la mano, tan frescos que el aliento sigue libre, y que puedes ir a cogerlos gratis.

Siguen pasando maquinarias por todas las latitudes, quisieran recogerlo todo.

Poetas flamencos cantaores de sueños, no  cambio por nada el arrullo de tu mirar.

Diseñadores de felicidad, como Alfredo en su rincón de museos y vida.

Estrellas que miráis con envidia, olas   arreglás con encajes de espuma  contoneándose entre agua fresca de colonia,  se declaran al mar, sin miedo a que les apriete los zapatitos de plata. Eternas promesas en un atardecer que no acaba.

Iremos a la pastelería eligiendo  los dulces por docenas recién salidos del horno, juntaremos merengues con penas y bizcochos borrachitos de ti.

El brindis a las doce, amor pintado en la nariz; utopías, todas las  que nos queden por vivir en Amorelandia… Allí si que si. Seguro.

martes, 20 de agosto de 2013

Aniversario



Si yo supiera ponerte una flor en el pelo su fragancia sería voz, aniversario de la primera vez que me miré en tus ojos. 

Azules de cielos que cumplen trece años. Morena como la misma sierra, risa que hace vida, falda que se estrena, miradas furtivas, amigas que te rodean, carpeta que aprietas contra tu pecho.

Planetas que se desentienden de su órbita,  presentimiento de un poema, una pena; acercándome voy.  Montañas de ocho mil vienen para recoger el eco;  un níspero tiembla, cuentos de princesas se borran y toman nota.

No aguanto más, Miñarro, amigo, no te separes de mí. Y como el que se acerca herido, con la flecha en mitad del alma, sólo te veo a ti, primer día de clase de un curso nuevo, de un patio que no cabía ni uno más.

Vas dejando tu sonrisa, vas dejando de hablar, vas dirigiendo cada paso que doy, voy decidido a quererte para toda la vida, no importa que los océanos guarden tu tesoro, ni que la luna venga esta noche a llorar, no sé cómo es tu voz, promesa de felicidad.

Me arreglo el flequillo, bajas la mirada, se hace el silencio, se rompen los miedos, bailan las hojas de los árboles y todo se dijo sin pronunciar palabras.

Ayúdame. Miñarro, va a 7º A , no al B. Destino que por una letra nos separa no me lo tengáis en cuenta. Porque cada curso que empieza, brindo por ella.

Y más aniversarios en la casa de Alson

martes, 13 de agosto de 2013

Sueños de un Juevero eterno


Sueños de un Juevero eterno

 

Sabemos poco de todo, pero de sueños, sabemos mucho menos aún, aunque a veces nos empeñemos en soñar que lo sabemos todo sobre ellos.

De todos modos, si de sueños nos toca hablar, aunque poco nuevo digamos, algo diremos… 

Sani, imagino este sueño lleno de Jueveros, de belleza, tendidos en la hierba, fiesta, brindis por cada relato, limonada fría,  sin miedo porque ya no podremos ponernos malos. Eso sí. Seguirán vigentes  las normas de Tésalo, ya que las conocemos…

Por la noche dormiremos mirando a las estrellas y nos irán transformando. Entre bosques de tamarindos nos reiremos de las ocurrencias, de los chistes malos, de las exageraciones del orgullo, del reclamo de la alondra. Bailaremos en el Patio de los Naranjos de Córdoba al compás de la Noche Blanca del Flamenco. Y en cada amanecer nos sorprenderá lo que no hay necesidad de explicar.

Temblaremos de emoción,  sinceridad de un suspiro, melodía de  tus labios, granada entreabierta, sandías colorás, luz rojiza del atardecer, chorros de las fuentes, infinita dulcedumbre que no acabará nunca.

En un Planeta del que no recuerdo ahora mismo el nombre, sus habitantes conforme envejecen, son más bellos, más felices, más creativos, más enamorados, más viajeros, más fuertes, más poetas, más risueños, más bromistas, más llenos de vida.

Conforme se acercaba el final de sus días resplanden como olivos de oro bañados por mil soles, tranquilidad que cautiva, paisajes que no saben llorar, sueños que se quedan cortos, música de victoria,  conciertos en directo, teatros, bares, playas, montañas, barbacoas… no cabe tanta felicidad en un corazón.

A los que habitamos este milagroso Planeta Azul, nos esperan maravillas que dejan en nada a todo… serán realidad eterna justo al instante siguiente de nuestro último instante… ese que Santi ya ha vivío.

Que así sea.

 

  

 

miércoles, 7 de agosto de 2013

Este jueves: Cazorla en el Ascensor



Al salir del ascensor no estaba en la planta cero. Estaba en las plantas de Cazorla.

Podéis imaginaros los ojos más hermosos  clavados en el corazón de la misma Sierra. Tregua de felicidad,  promesa y beso. Qué  insinuáis.

Paisaje que camela lo que nadie ha visto. Arroyos de intimidad, flamenco en una noche de agosto, rincones para amarse, luces a medio gas, rosa de expectación.

Contemplar  mil mundos, con todo, desde su balcón, destinos que parecían llenitos de eternidad, gitana cuando te veo… ¡ay,ay!

Sabrás arrancarte un beso, sanar la herida en  mitad de la pasión, convencer al mismísimo destino, pero al querer, no sabrás que decir.

Así me encontré en mitad de Cazorla. Aroma de lavanda, pinares, columnas de luna… luz que me sostiene, rama de canela,   ponche casero.

Cielos convencedme,  de que nada vale más que las cosas que me decís …  que se llora con sólo pensar que no llegarán.

Lágrimas, vivid tranquilas, la quiero tanto que cada amanecer y cada resplandor renueva a la misma aurora.

Campo  y piano en un recuerdo me trae tu risa, sólo un sueño se repite, nada ha cambiado.

Dónde quedaron los desengaños, y los besos que no nacieron, y las ilusiones que no les dió el sol. Y las malagueñas que no canté. Y el olor a ti, zarzamora que arañas el alma.

Entre tu arboleda y el águila que vuela, nosotros en faena , barbacoa de chorizos y morcillas.

Vino de lagares cercanos, pan de pueblo, tomates con sal, pepinos de la huerta, lechugas tiernas, aceite del molino, siesta que me enseñó lo que vale un comino.

Te quiero con la fuerza de la noche que no quiere dormir. Te quiero mientras cantas una soleá. Te quiero porque desde que te conocí no sé no quererte.

Cazorla, Segura y las Villas, Metrópolis fluorescente… decidme dónde venden lo que aquí se siente.    

         A la vuelta subí por las escelaras.

Más metrópolis en  el periódico juevero

martes, 30 de julio de 2013

Luna


Cuando la Luna no tiene luz, le hablo despacito, sin prisas, con la confianza que da la noche. Está ahí en zapatillas, relajada.

Le voy contando que cada vez entiendo menos. Que el otro día me preguntaron cómo se escribía una palabra con b, v… no lo sé. No lo se. Cada vez que tengo que oírme un no lo se, no se lo que siento.

Antes parecía fácil saber, entender, escribir, soñar, viajar, querer, volver, regalar, dormir; ahora…

Hablar con la gente es lo que me consuela, alejarme del ordenador, de internet, mirar a la vida con la cara de asombro de los niños que se toman su helado de chocolate, dejando rastros de fondán en sus labios, en sus mofletes, en su nariz, en su mirar.

No importa, porque será la misma brisa del Mediterráneo la  que moverá esta noche el  abanico de colores en tu corazón.

Cántame lo que sientes, préstame tu reír, Luna, quédate, que si no, me engañan hasta en la pescadería.

Cuando llegue tu luz, cuando te vea y te rías y tu pelo y tu voz y tu pañuelo…

Selene esta noche estás tan guapa, que hasta tu bostezo, plata fina del Albayzín, lo grabaré en la madrugá.

Bulevar vacío, agua en calma. No me canso, en susurros …hasta que viene el sueño.

Noche en la ventana, gesto de seguir tu camino,  último intento, por bulerías:

Quédate un poquito más, Luna, porque dicen que a veces se tarda el alba.

Vida, llena de verde, de agua, de soles y  de atardeceres y gorriones, de mundos, de libros, de música de ti… sólo queda vivirlo.

miércoles, 24 de julio de 2013

El bosque


Ya no tengo más bosque donde ir que al del poster grande sujeto a la pared por cuatro chinchetas verdes; paisaje arbolado, lleno de música, veredas que llevan y traen según tu alma tenga pena en su mirar…

Hay dos colinas: la más concurrida, la del jamón, con sólo decir tengo hambre, te sirven  una ración de ibérico de bellota bien cortado, finico, veteado. . . enfrente están las  bebidas. Enseñando el jamón tienes barra libre. En medio un valle, mesas y hamacas de diseño ergonómico que miran al cielo.

Allí crecen los recuerdos entre palmeras datileras, fresas silvestres, violetas de fragancia nocturna, ríos de poesía con peces que recitan a Calderón, Lope de Vega y a Shakespeare en inglés, no hay celos.

Luego, andar descalzo sobre el césped del bulevar,  renovando las ilusiones por cada una de tus miradas, tuve miedo.

Música que arranca sin pedir permiso.

Arenas blancas, guía de cumbres dibujadas, las más cercanas, allí están, entre nidos de manos, las dos primeras lágrimas de amor, el primer te quiero, y la promesa eterna, poesía de rimas inocentes, beso que sólo en sueño se encendió…, hormigas con alas.

Bosque, me tienes enredado. Que cante tu aurora, que baile tu luz, que haga de palmero tu sol, que lloren tus estrellas. Reflejos de faro, guía de barcos cargados de especias.

Buscando las palabritas que derramaron tus labios, busco en la  Alhambra, esta noche serán jazmines; pregunto a las flores de viento, duduk de enamoraos que duermen seguros protegidos por la luna. 

Ya no hay prisas, sólo que si no estás… no hay vida ni la cerveza estará fresquita.

Quejío de un cante flamenco que sabe a vainilla, guitarra de palo santo, emoción que brilla en quien te escucha. Sentimiento de los pobres que no entendemos ná.

Hoy el único bosque que busco es el que dejé atrás sin saber que los caminos eran de agua.

Peregrino, con las manos en los bolsillos, voy por ninguna parte, preguntando al campo, al aire y a los trigales.

Cautivo de tu nombre, cautivo del vino, te vieron por Granada, por el Albayzin, te sigo.  En su mirador de San Nicolás, esta noche, brindaremos con la Luna. No me faltes.

 

jueves, 18 de julio de 2013

El pozo de los deseos


No había descanso. Aquel pozo aparecía a la sombra de una acacia, ofreciendo la plenitud en medio de la nada de cada día, de cada instante. Sus aguas rozando los labios,  vergel,  miradas a tu recuerdo.

Todo lo vestía de color: la tristeza, la soledad, los miedos, los pensamientos destemplados, inmisericordes, los recibos del impuesto sobre bienes inmuebles, el seguro del coche, del hogar, el teléfono, la luz; todo lo aguanto, pero las madrugás sin ilusiones…

Te ibas a Kinsasa, a Burundi, a Burkina Faso, o yo no sé dónde decías, a un dispensario médico, a pasar fatigas. Vente conmigo, salimos el sábado y tengo los billetes abiertos. Un mes allí, en medio de selvas y cielos y noches de luna africana, sólo la vida es tan bella... allí. 

No podía dormir, se levanta y por un wasap le dice que va con ella.
Todo lo superó, las colas de gente que por el boca a boca, venían de muy lejos, de otras tribus, con sus heridas a cuestas, sus hambres y sus miedos. Como yo. 

Unos padres se presentan descompuestos, su niña de 7 años se ha tragado una moneda, la tiene en el esófago.
La anestesia; sin el instrumental necesario, se apañan como pueden. Consiguen extraer la moneda que al cambio equivale a un céntimo. Moneda que ahora se ha convertido en la de mayor valor, la que vale más y es lo que piden a los padres por  su trabajo.
Ríen, están de acuerdo. Se dan por bien pagados, abrazos y miradas de final feliz, agradecidos se van. A la niña no se le ha pasado  el susto y tiene sueño.

Sol descarado cómo me haces tan feliz, cómo la vistes así, cómo puedes ser …
Miles de mariposas vienen de todos los rincones del  universo se van posando en un viejo pozo cubierto por ramas centenarias hasta que lo convierten en el pozo de los deseos, luz de oro, besos de plata, palabras de bronce, brocal de rosas, agua bendita.

Una moneda une a dos manos, a dos corazones, a dos sueños que en mitad del querer...  se están amando. Dejan caer la moneda, se vuelven a mirar y ven estrellas, planetas, una luna les canta.
De todo lo demás se encargaron los espíritus de las aguas: cumpliría sus deseos en los próximos mil años, en ellos, en sus hijos, en sus nietos...

 
 

miércoles, 10 de julio de 2013

Mirando un cuadro: Membrillero (1961), Antonio López.




 Aquí te digo. Que hasta donde llegaba el aire acicalado de tus frutos, era campo virgen. Bien enmarcado llevarías tu brisa a cualquier alma acalorada.

Sin que supieras que cada hoja que te envuelve y te abraza, y te espera y te mima, era yo.

Sentí caer una flor hecha de sueños, con el ansia que no termina, empecé a cocinar una receta sugerente. Presentada de  mil maneras en los reflejos de soles y lunas… cura toda clase de  heridas.

En la madrugá, solo me quedé… mirando. Cosa más bonita de cuadro.

Estar a tu lado será suficiente para no morir nunca, no te vayas muy lejos.

Y cuando la lluvia empapa y huele a tierra brava, ahí estás. Recién salida de la ducha, contando cada gota de vida que resbala por tu piel, pelusilla de mi corazón.

Con ansia me embelesaban los velos del sol, etéreo sol de los membrillos. Te hacía tan hermosa que no podía remediar plantar besos de clorofila, poemas de tinta verde. Caricias pintadas entre las hojas silvestres.

Con el insomnio necesito no que conviertas las derrotas en victorias… pero  cura la herida que no cierra.

En Sierra Mágica, hay una cima que le da un toque flamenco al eco que devuelve. Dices… ¡Ay! Y se escucha con una voz afillá, un jipío que quita el hipo. Hasta allí subí para soltar un:

“ Que buena estás... Carmen de membrillo”.

Más cuadros en el museo de Neogéminis.