NADA / ADAN
Cinco y cuarto de la tarde, entro en el parque
y espero que vengan las seis ninfas que me faltan. Busco la sombra de un parral
capaz de verdear al más apagado.
Me siento en el pollete de piedra berroqueña y
caliente, muy buena para las almorranas incipientes.
No se mueven los patos del estanque, tampoco el aire escondío entre pinos y falsos plataneros llenos de polen; pero pasa ella, y eso, ¡¡eso es una maravilla!!, su andar lleva el compás de bachata y flamenco de Novelda, cuando parece que se aleja, ¡se sienta !, ¡se estiliza!, ¡se transforma!, se arregla el pelo, cruza las piernas, mueve la cabeza de un lado a otro..
Su nombre, su risa, sus labios, su música, su pintura de uñas..
Le sonó el móvil:
-estoy llegando.
Se levanta, se quita las gafas de sol, ¡ojazos!, sube las cejas, me mira, me destroza, me enamora, me duele la muela, y se va. Ni una palabra, ni un quitarse la mascarilla, ni la camiseta, Nada..
Los pellizcos flamencos, dejan cardenales, compás, dolor, ilusiones, vacíos, vino de Sanlúcar y langostinos.
Te espero en la plaza del Pósito, a los pies de
una cruz de hierro forjado y de una fuente enamorá que llora porque le han
quitado su Bodegón, y añora la Begoña que recitaba su poesía.
♫Dios mío, de mi alma,
Las cosas que a mi me pasan,
Me pasan a mí na má♫