Si yo pudiera olvidar
que te quiero, entonces nunca serías recuerdo. Historias de una noche que se
adentran en las entrañas de la tierra, Sacromonte de Graná, cómo te voy a
olvidar; zambra abierta, baile que
envuelve, estrechura de la vida, licor del alma.
Asomás están las
estrellas para ver tu cadenilla de bronce. Pendientes de un suspiro, de unos
labios, de un deseo, de un beso contenido, vale más que no se pierda.
Risas y gestos que allí
se dibujan en sombras encalás, toque de guitarra, paseo en alpargatas, espaldas
que se cubren con rocío, vida que se
guarda para cuando haga falta.
Cuántos momentos tuvo, madrugá
de soles, veranillo de San Miguel, palabritas enredás, sin saber, sin imaginar.
De la Atlántida tuvo que llegar la brisa buscando la calidez de una caricia,
reposo en una copa de vino, poema que se quema.
Sin ti ahora, me dedico
a olvidarte cada diez minutos.
Música que acompaña entre
lecturas y pensamientos; mesita de noche, lamparilla luz de melocotón. A veces
lo tenemos tó y nos empeñamos en que no.
Vida descalza en mitad
de la corriente, deshielos de Sierra Nevada, zapatos que bailaron toda la noche
y ahora duermen tendidos en una rama de
almendras tostás.
No te olvidaré porque
cuando cantas, lo que se me olvidan son las lentejas que tenía puestas.
Me encanta la puesta en escena que le das a tus relatos y siempre en paisajes de por aquí abajo.
ResponderEliminarEse "Si ti ahora, me dedico a olvidarte cada diez minutos" merece un rasgueo de guitarra y la voz jonda de Fosforito.
ResponderEliminarUn abrazo.
Jolin! Que pasada de relato! Es buenísimo, lleno de frases memorables como la que dice Juan L. Trujillo. Genial! Muchas gracias por participar. Un beso
ResponderEliminarJolin! Que pasada de relato! Es buenísimo, lleno de frases memorables como la que dice Juan L. Trujillo. Genial! Muchas gracias por participar. Un beso
ResponderEliminarSon recuerdos a los que hay que aferrarse
ResponderEliminarBueno, después de ver la olla al fuego del apoteósico final, no tengo más que sonreír y felicitarte por ello.
ResponderEliminarUn abrazo y un cafelito, compañero.
Es dificil olvidar a alguien que quieres tanto; pero tampoco se pueden olvidar las lentejas al fuego, están muy malas.
ResponderEliminarPoema que llega muy adentro
Un abrazo
Un relato andalú al que no le falta ni sobra nada. ¡Ojo con las lentejas!
ResponderEliminarBesos.
"vida que se guarda para cuando haga falta"
ResponderEliminarEsta frase magistral podría resumir lo que son los recuerdos.
MAencantao!!!
!Ay! es lo que sale así a voz de pronto, al llegar al punto final.
ResponderEliminarCuesta olvidar aquello que se quiere y desea, pero digo yo ¿y para que olvidar? si no hace daño a nadie, los recuerdos son bonitos ¿no?
Un abrazo.
vaya que me has sorprendido y ues que en cierta forma me siento un poco identificada ...
ResponderEliminardebo confesar y decir que esta trozo me ha encantado; Sin ti ahora, me dedico a olvidarte cada diez minutos
vaya que me has sorprendido y ues que en cierta forma me siento un poco identificada ...
ResponderEliminardebo confesar y decir que esta trozo me ha encantado; Sin ti ahora, me dedico a olvidarte cada diez minutos
vaya que me has sorprendido y ues que en cierta forma me siento un poco identificada ...
ResponderEliminardebo confesar y decir que esta trozo me ha encantado; Sin ti ahora, me dedico a olvidarte cada diez minutos
Ay José Miguel, como me gusta tu forma de decir las cosas, romanticismo puro.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ni el mismísimo Lorca lo habría cantado mejor. Imagino que le has leido mucho. Un abrazo y gracias por deleitarnos con tu lírica.
ResponderEliminarSi es que hasta cuando te se queman las lentejas te sale la vena flamenca. Supongo que cuando los recuerdos son buenos, ¿para qué olvidar?
ResponderEliminarUn beso
Envuelves, trampeas, citas, ilustras y resuelves con media verónica.
ResponderEliminarNo queda más remedio que levantar el culo del cemento y jalear.
Delicioso, como siempre.
Abrazos
Vaya, vaya, vaya... me dejas impresioná con este cantar. Y Cuidado con las lentejas!!! Un beso
ResponderEliminarY bien, una belleza de texto, como siempre y un final que provoca el estallido de la risa.
ResponderEliminarDisfruté mucho, una vez más, tu relato.
Abrazos.
Sin ti ahora, me dedico a olvidarte cada diez minutos... ¿Cómo no se te van a olvidar las lentejas, criaturo?
ResponderEliminar¡Cuánta belleza, por Dióh!
Escritor que cantas y embelesas.. Escritor... Me olvidé que te olvidé...
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y besos!
ay, José Miguel, cada vez que te leo siento un revuelo en el alma y la risa se me escapa en suspiros!
ResponderEliminarqué re lindo escribes, válgame!!!