La culpa no es del
viento que en libertad deja su ejemplo, ni de los ríos que nacen llenos de vida
sin preguntar quién tiene sed.
Las golondrinas y los
gorriones llegan a la noche sin más ambición que el gesto que recoge sus alas.
La belleza cuando está
tan cerca, a veces no se ve. Música que señala lo que se siente con el roce de tu mano.
Ya está tó el pescao
vendío. Pero a veces unos enamoraos quedan los jueves y se conjuran para
mantener las palabras llenas de tierra, semilla que espera un paisaje, un sabor,
una caricia.
Tarea de rebusca paciente,
Ruth en el campo. Pasan las grandes cosechadoras y entre los terruños olvidados
se dejan cabezas de ajos.
¡Cabezas de ajos! De
los que se pelan con la mano, tan frescos que el aliento sigue libre, y que
puedes ir a cogerlos gratis.
Siguen pasando
maquinarias por todas las latitudes, quisieran recogerlo todo.
Poetas flamencos cantaores
de sueños, no cambio por nada el arrullo
de tu mirar.
Diseñadores de
felicidad, como Alfredo en su rincón de museos y vida.
Estrellas que miráis
con envidia, olas arreglás con encajes
de espuma contoneándose entre agua
fresca de colonia, se declaran al mar,
sin miedo a que les apriete los zapatitos de plata. Eternas promesas en un
atardecer que no acaba.
Iremos a la pastelería
eligiendo los dulces por docenas recién
salidos del horno, juntaremos merengues con penas y bizcochos borrachitos de ti.
El brindis a las doce, amor
pintado en la nariz; utopías, todas las
que nos queden por vivir en Amorelandia… Allí si que si. Seguro.
Muy bien José! tu gracia se destaca en tus escritos!!!!
ResponderEliminarTu estilo inconfundible me anima con solo leerte.
ResponderEliminarEstoy con Tracy, tienes un estilo peculiar que engancha, da ganas de leer y leer sin parar. Te ha quedado un texto muy bello. Un beso.
ResponderEliminar"Bizcochos borrachitos de ti..." me encanta la frase!
ResponderEliminarMe gustan esas palabras llenas de tierra y semilla.
ResponderEliminarSi señó!
buen jueves y besos
Hay tantas cosas que están tan llenas de amor, ese terruuño, esas semillas y esas cabezas de ajos esperando a ser cogidas, y entremedio todas esas palabras bonitas que nos brindas.
ResponderEliminarPrecioso como siempre
Un abrazo
Me quedo con "el arrullo de tu mirar"...en nombre del amor! ;o)
ResponderEliminarPues nos quedamos en Amorelandia... qué bonito!
ResponderEliminarUn beso!
Utopías en amorelandia ! Seguro que allí todo es posible, me gusta la frescura que transmites en tus palabras. Bonito jueves te salio, si señor!
ResponderEliminarBesos, con pastelito borracho...Te lo ganaste amigo.
Que lindo ese lugar, con tantas cosas que tienen amor.
ResponderEliminarUn abrazo.
Y qué diría un poeta hablando del amor, creo que se acercaría mucho a lo que tú has escrito.
ResponderEliminarUn beso
Una alegoría al amor con un ritmo que arrastra y engancha...
ResponderEliminarBonitas palabras en hilvan
Besos!!
Gracías por compartir este jueves conmigo
Todo un catálogo de Amores, expuestos con la delicadeza y frescura que da el Amor por la escritura. Me quedo a vivir en esta Amorelandia en donde me has hecho un huequito que me ha sacado los colores.
ResponderEliminarAbrazos
Ruth y Alfredo, dos amantes que todos los jueves se ven y a las doce se vuelven a separar. La jornalera de los ajos que pasa por cenicienta. Si en el mundo real no es posible su amor siempre les quedará Amorelandia ¡Un abrazo para todos los amantes del mundo!
ResponderEliminar¿Hay otro huequito en Amorelandia para mi?, seguro que alguno tiene que quedar, ocupo poco, soy pequeñita.
ResponderEliminarSon como un arrullo estos textos tuyos.
Un abrazo.
Un muy buen escrito con un estilo propio y muy particular
ResponderEliminarUn muy buen escrito con un estilo propio y muy particular
ResponderEliminarMágico. No podía ser de otra manera... La belleza cuando está tan cerca, a veces no se ve... Me encantó...
ResponderEliminarAh, una entrada castiza, compañero. Bravo por ti. Ahí va un abrazo de los cuatro.
ResponderEliminarOlé por mí que te localicé!!!
alli sí que sí y en tus letras también, José Miguel!
ResponderEliminaruna delicia leerte!
un abrazo, Pibe