viernes, 8 de octubre de 2021

Tomate Rosa

 

Desayuno con tomate rosa, y voy repasando lo de ayer, verte tan guapa en la puerta del museo, con la vacuna recién puesta, sujetándote el algodón, el pelo suelto, la colonia fresca, el sol tibio, la mañana abierta, los vaqueros rotos, la camiseta corta, el ombligo al aire,  tu mascarilla verde lima, y el cartel grande Vacunas sin cita.

Iba decidido:

_ Perdona, ¿te ha dolido mucho?

_un poco

_pues entonces ya vendré otro día si eso. Cuando iba por la piedra que pone Pilar Palazón, te oí:

_oye, no te la vas a poner?. Que es broma, que no duele ni un poco..!

_Ya, pero es que no estoy bien, tengo un poco de alergia y se podría complicar con la típica reacción.

_Jajaja, claro, claro. Vas para arriba?

_Si

_Yo también.

_cómo te llamas

_Pedro, y tú

_Sara

Y así entre bromas y aprensiones llegamos al Bar Quiosco del Parque.

_Una cerveza?, _dijo ella.

_Si!

Nos sentamos mirando a los árboles. Vino la camarera, alta, pelo largo, y unos ojos azules muy a juego con todo lo demás..  el mandil rojo.

Yo estaba tranquilo, tenía diez euros.

_qué vais a tomar

_cerveza

_yo, también, dijo ella. Y nos traes una tabla de quesos y te quitaste la mascarilla.

Era la primera vez que te veía la cara desnuda.

_ Estoy viendo los labios más bonitos del mundo.

_Jajaja!

_oye!, no serás rica?

_un poco.

Me explicó que en el confinamiento empezó a diseñar mascarillas con gestos, de risa, de roneo, de enfado, de frases. Y se vendieron muy bien, sobre todo las de las frases.

Dime dos para mis mascarillas.

Mirando profundamente al queso azul, le escribí en una servilleta:

-Día sin ti, noche perdía.

-Si no me besas seguiré en estambay.

-Anda, dame un toque al móvil.

 

 

 

domingo, 25 de julio de 2021

Por un beso

 

                                Por un beso

Con la pandemia lo tengo difícil, pero por si un día beso tus labios, me estoy blanqueando los dientes.

Si pierdo.., me quedaré sin esmalte, sin tu aliento, sin amapolas, sin el agua bendita, sin los montes que guardan tus secretos, sin nubes  heridas,  sin las cabañuelas, sin el sabor de tu pintalabios de albaricoque, sin el susto que quita el hipo, sin los yogures del Mercadona, sin las doce uvas.

No quiero llorar porque se me tapona un lacrimal y me escuece el ojo, pero vagaré eternamente esperando un milagro de los que se contarán a los que sufran los primeros desdenes amorosos, y a los que sufran los segundos , y  ..

Mientras, llenaré las traviesas de tren con flores,  los campos de azafrán,  los libros de poesía,  los días con tu nombre, y los postres con galletas Oreo.

Anochece, me voy a Triana, a cantarle al lucero del alba por soleá:

 

♫ Qué cosas tendrá el querer

Que hasta se hace poeta

El que no sabe ni de leer ♫