Aunque sé que te
fallé… quiero perder lo que me queda.
Dame un momento llenito de tí, yo me encargo de las castañas calenticas, recién
asá. Y de la chimenea, y de trasnochar
entre ascuas, y …
Te contaré de los
árboles que guardarán en su piel la escritura de lo que nunca se escribió; regálame
un momento, ese que perdí por mirar las estrellas de más.
No comprendo la vida
sin cantar tu nombre, por abajo, por arriba, en tu almohada haciéndote
cosquillas, lo más bonito… tú.
Sobran los mundos que
ofrecen riquezas, gloria y fortuna. Nosotros somos palmeras, y olivos, y granaos, y las raíces las
echamos a orillas del mar, donde la sal
marina tiene yodo y oro y es gratis.
Si nos despiertan las
olas cuando el alba empieza a bostezar, y una bailaora taconea descalza en la
arena, y el cante rompe a hervir y se rompe una media, un calcetín… es la libertad
que se ha hecho flamenca.
Anochecer, de la
chimenea salen chispas como fuegos
artificiales, esmeraldas, amarillas y naranjas.
Sé que tus mejillas las
besé, pero era a tus labios a quien yo besaba.
Como regresa este Jose Miguel de su viaje, llenito de "tó". No te entretengas tanto y regresa a los lunes, que se nota tu ausencia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Una gozada leerte,como siempre.
ResponderEliminarMira que te sienta bien las clases de flamenco, que te inspiran hasta la prosa, poeta.
ResponderEliminarUn beso