Cada vez que te veo, en
sus hombros me suben las montañas más flamencas y allí en sus cumbres respiro tu cante azul y
libre.
Huele a clavito y canela y trocitos de sueños, se
escuchan tus latíos y los ríos cambian de curso sin saber por qué.
Tormento apasionado no
me hagas penar más, déjame un momento que
quiero recordar sus formas…
La de mirar, de reír,
de hablar, la de coger el móvil, de sentarse, la de llevar el compás, la de arreglarse,
las del movimiento de sus pestañas. No sé como lo hace para que todo sea tan,
tan, tan. Pero así es.
Si calla, ¡ay! sus
silencios; si ríe, hay risas en mí, ¡ay!
si no me diste un beso, ¡ay! si entornaste los ojos tres veces, ¡ay! si tosiste
dos, ¡ay! si no me has mandao un wasap en todo el día, ¡ay, ay, ay! que sí, que
contigo me quedo, aunque enloquezca, y que malico me pongo, me muero, me muero
si no te tengo.
Pero no te quiero, se
le digo a mi almohada; y enseguida me responde
un… ¡anda ya!, cómo la vas a querer, si la quisieras no podrías cantar una
soleá sin llorar como lloras, ni al irse tu pensamiento con ella te darías un
corte cuando te afeitas, ni en la ducha las pompas de jabón se quedarían suspendidas
delante de tu nariz.
Que no, que no, que si
la quisieras no oirías su voz cuando pasa el Sol por tu ventana, ni soñarías
que la sueñas, ni te despertaría el sonío de una guitarra, ni estarías
preocupao por no saber si estará mejor de la garganta,
¡
anda ya! Tú no la quieres, quédate
tranquilo.
Pues por eso, murmura
al oído, porque no la quieres, tú estás paseando, de su mano, muy cerca del
Olimpo, respirando las miradas de unas nubes apasionadas, bebiendo el elixir de lo que amargará infinito
si algún día te faltaran sus besos, sus caricias, su aliento, su voz, y sus
enfados; de todas formas… pídele a Baco un coctel de piña colada, que invito yo.
Y duerme tranquilo que tú no la quieres, tú lo que estás es colaíto perdío,
Dios mío, colaíto perdío… quién pudiera.
¡Cómo disfruto leyendo lo que haces!, le das un matiz tan tuyo que lo reconocería entre mil.
ResponderEliminarUn abrazo
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ResponderEliminar!Anda ya! Y dices que no la quieres, engañosa almohada, copla sentida, anda ya que me has prendado en cada una de tus letras. Besito.
ResponderEliminarLo mismo de colaitos que nos tiene esa prosa tuya, que sabe a manzanilla y suena con el ritmo alegre de una rumba flamenca.
ResponderEliminarMi admiración y un abrazo.
El primer día oyendotelo recitar, nos dejaste sin palabras. La segunda nos hiciste sonreir y hoy me parece más bonito todavía.
ResponderEliminarUn beso, pedazo de poeta.
Ole! Y ole!! Tus hermosas letras flamencas que me dejan encantá.
ResponderEliminarUn beso grande!