Me habéis hecho llorar
mientras iba leyendo vuestros comentarios, poniendo el dedo en cada palabra os
he sentío más cerca, en cada vocal, sin excusas de buscar nada que no sea
nuestros lazos. Venía emocionao del Pepe Polluelas.
Y ahora ... escribimos sobre los celos, así que sigo llorando, porque eso y hacer pedacitos un corazón hasta dejarlo como la
libra de pan para hacer migas en el campo de Fernando, es lo mismo.
Lo que diga a partir de
aquí es confidencial, sólo para nosotros. Lo negaré con fuerza erga omnes.
Voy dando traspiés como
niño en sus primeros pasos, asombro de la vida, brazos a medio alzar,
equilibrio sin ti no hay, aunque lo busque en el Gin-tonic con un buen Yantar.
Veo que la tierra aguanta, y sé que estará ahí cuando caiga, no pidiendo nada,
eso me tranquiliza, algo.
La quiero tanto, que no
demuestro celos porque es tan, tan, que …
Lleva dentro un
Pacífico azul, pero azul, azul de los que no
se dan nunca, salvo que la Luna esa noche tenga el mismo contorno de sus
ojos; entonces emerge de las aguas, recién peiná, pelo recogido con peineta de coral,
y por bulerías cuajadas de requiebros que sólo
ella conoce, canta:
¡abrazame! , ¡Ay! hazme
un laíto en tu cama, que quiero dormir contigo, llamarte por la mañana.
Me conformo con haberla
conocido, el roce de sus manos hubiera bastado para llenar mil páginas, más de
lo que nunca escribí.
Quererla más… por hoy,
no puedo.
Si me pregunta, mirándome
de cerca, como sólo ella sabe hacer … ¿tienes celos?
Está claro que teniendo
tan cerquita los Cerros de Úbeda, por allí saldré.
Pues sí no te queda otra que salir por los Cerros de Úbeda.
ResponderEliminarNos has contado con tu simpatía de siempre tus propios celos de amor José....
ResponderEliminarSalir por los cerros de Ubeda tiene la ventaja para tí de que te pillan cerquita. Yo tengo celos (o envídia), no sé muy bien que es, de esas migas en el campo de tu amigo Fernando.
ResponderEliminar¡Ah!, ya estás en la lista de enlaces, aunque no me has avisado de que publicabas.
Un abrazo.
Sigue buscando el equilibrio con las migas y el gin-tonic y que Dios reparta suerte en los portones del amor. Pero no desesperes, siempre existe la posibilidad de un sobrero.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sentir así y poder decirlo tan bonito, hace que la palabra celos, carezca de sentido. El amor es grande, tanto, que caben hasta los cerros de Ubeda.
ResponderEliminarUn abrazo.
Aquí, cada uno, se escapa por los cerros que tiene más cerca, amigo.
ResponderEliminarUn abrazo y tu cafelito.
El amor es así de espontáneo y se entrega del modo más personal y auténtico que se siente... a tí, te salgas por donde te salgas, en el decir, ya te nace bello. Difícil es, que no brote un manojo de celos, cuando se ama tanto.
ResponderEliminarBesos!
Gaby*
El puntito de celos es normal, vamos, pero fijo. Que tire la primera piedra quien no se haya puesto celosón en alguna ocasión, jajajaja
ResponderEliminarUn saludo
Bueno, a veces es mejor salirse por los cerros de Übeda que reconocer los celos, y es que todos tenemos algo de celillos, es así.
ResponderEliminarUn abrazo
Pero qué bonito es el amor cuando se siente!! y... Si sales por los Cerros de Úbeda será porque hay sentimientos que mejor dejar dentro.
ResponderEliminarBesos!!
El amor es lo que tiene, que resulta difícil disimular lo que sentimos ante la persona que amamos, tu idea de hacerte el loco quizá te salve de la prueba.
ResponderEliminarBesos amigo.
Considero que son celos inofensivos, y además dichos de esa manera, que lindo que me celen.
ResponderEliminarPoesía pura en tus letras como siempre, un gusto leerte.
Besos.
Qué poético! si alguien me cela de esa manera, valdrá la pena. Me gustó!
ResponderEliminarUn beso:
Jime
Bien dicho y mejor sentido. Unos celos que resbalan hasta caerse a los pies, aunque los arrastres a escondidas a cada paso.
ResponderEliminarLectura entrañable e intimista como siempre.
Abrazos
Cada cual busca su camino para escapar, o para esconderse, si a ti te sirve por para Úbeda. Besote
ResponderEliminarJose, muero con las cosas que escribes. Que monumental texto.
ResponderEliminarBueno, unos celillos a veces avivan la relación. Pero no más, sólo unos celillos. Y si alguna vez hay que confesarlos, pues sí, se confiesan y se dicen ¿que pasa?
ResponderEliminarBss.