Los recuerdos, como los huevos pasados
por agua, se van poniendo duros, si se pasan de tiempo.
Pero mientras exista un atardecer escondido,
una de calamares, un escaparate de libros, una fragancia de ropa blanca tendida
en la azotea, entonces.., quién mira el reloj.
Cuando
recuerdo a quien ya me olvidó, se me salta una lágrima con pértiga, otra sale
corriendo en busca de una cerveza con aceitunas. Y yo, con gesto seguro, me
pongo las gafas de sol que tapen lo que puedan.
Hoy,
trescientos detalles aguantan la pluma del loro verde que repite un te quiero
por el paseo marítimo, otro por esas risas de sirena, y otro por esos enfados
de mentirijilla.
Cena en el Chinitas, piano de cola, silencios
y miradas que preludian un beso con
matices de almendra y frutos rojos, noche flamenca, Alcazaba iluminá, pura
Málaga.. que haré sin ti.
♫ ¡ Ayy ! ¿ cantar
sin saber,
soñar sin dormir,
querer sinquerer?
Sí ♫
Me alegra ver tus escritos, que hacía tiempo que no salías por aquí, los que hacen aflorar las sonrisas. A ver si te pasas por la biblioteca, que aunque no te lo diga, espero que lo hagas. Un abrazo.
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