Deseo,
deseando desde que te ví comprar el pan recién hecho, comerme un
bocadillo contigo; en mitad del campo, donde un río de cerveza se acerque cantando guajiras. Y la hierbagüena enredá en tus zarcillos.
Cuando el
corazón llora, se le olvida hasta el pañuelo, y en la manga de la vida se suena sus penas.
Sólo … un beso en
la nariz, de los que alivia las congestiones nasales de tipo
emocional, un pequeño masaje en el hombro izquierdo sintiendo el
calor de tu mano, y… entonces se relajan los deíllos de los
pies.
Una
hormiga mira al cielo, la luna corazón doliente va
recitando poemas de Machado, llora y suspira. Pobre, vive sufriendo un
querer.
No tiene remedio:
¡Ay
pobre corazón mío, con los palos que se lleva y no se dá por
vencío!.
Sevilla,
llena de embelesos, nos convierta los deseos en un paseo por los
jardines de los Reales Alcázares; las palabras, en cantes de Triana;
y la Giralda nos señale dónde se tapea ese jamón que los flamencos
sueñan desde chiquititos.
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