BOCADILLOS DE MORCILLA
Hay un árbol en la Alameda que guarda la promesa:
Si algún día lloramos en soledad, si al despertar no estamos en la misma cama, si no os pido matrimonio en cada atardecer.. entonces es que Bécquer estaba equivocado, Jabalcuz lanzará su montera al aire, y yo haré zapping por el foro buscando El último Samuray.
Llenos de feria, vino dulce y canutillos de canela, apostamos en la hípica, paseamos entre cocos, garrapiñadas de bronce y cucuruchos de chufas. Nos mojamos el pelo en la fuente del convento escuchando:
¡¡Majoletas, acerolas, garbansillos !!.
Comimos molletes de masa de morcilla tan ricos que los besos se repetían solos.
En el último bocado, llena de sol como sibila en trance, dijiste:
Si algún día nos perdemos, quedamos aquí en la mañana de San Lucas, a las doce.
Han pasado muchas ferias y no vienes. Tengo la corazonada que esta mañana, tampoco.