viernes, 18 de octubre de 2024

 

BOCADILLOS DE MORCILLA

 

Hay un árbol en la Alameda que guarda la promesa:

Si algún día lloramos en soledad, si al despertar no estamos en la misma cama, si no os pido matrimonio en cada atardecer.. entonces es que  Bécquer estaba equivocado, Jabalcuz lanzará su montera al aire,  y yo haré zapping por el foro buscando El último Samuray.

Llenos de feria, vino dulce y canutillos de canela, apostamos en la hípica, paseamos entre cocos, garrapiñadas de bronce y cucuruchos de chufas. Nos mojamos el pelo en la fuente del convento escuchando:

¡¡Majoletas, acerolas, garbansillos !!.

Comimos molletes de masa de morcilla tan ricos que los besos se repetían solos.

En el último bocado, llena de sol como sibila en trance, dijiste:

Si algún día nos perdemos, quedamos aquí en la mañana de San Lucas, a las doce.

Han pasado muchas ferias y no vienes. Tengo la corazonada que esta mañana, tampoco.

 

 

 

domingo, 19 de marzo de 2023

 Así como suena

Aquella morena soñadora, me abandonó. Ahora   no salgo a la calle, y  al balcón, lo justo para regar las macetas inocentes que con tampoco se conforman: un poco de sol, tierra, agua, abono, mantillo, productos fitosanitarios,  espray abrillantador de hojas..

A las diez de la noche apago la luz como los presos. Me gustaría alargar la mano por los barrotes de la ventana, golpeando un jarrillo de lata a compás de martinetes pidiendo libertad, pero no puedo no vaya a ser que me llamen la atención los vecinos.

Han pasado 79 horas y tengo el estómago medio ido. Por el patio interior entra los hervores de una sopa de picadillo. Respiro a pleno pulmón en tandas de  cinco, como si estuviera haciendo yoga.

En la oscuridad y el frío de noviembre va cayendo el relente del bulevar. No me muevo por miedo a la sábanas frías. Con la mirada fija en el pasado me levanto a coger una manta paduana.

Han pasado 80 horas, no sé cuánto voy a aguantar. Con música de fondo de Alejandro Fernández, voy recitando

Querida Amanda: la lluvia no cesa, la vida aquí en la sierra es muy dura … cómo deseo volver a verte, aunque solo sean cinco minutos.

 

 

 

viernes, 8 de octubre de 2021

Tomate Rosa

 

Desayuno con tomate rosa, y voy repasando lo de ayer, verte tan guapa en la puerta del museo, con la vacuna recién puesta, sujetándote el algodón, el pelo suelto, la colonia fresca, el sol tibio, la mañana abierta, los vaqueros rotos, la camiseta corta, el ombligo al aire,  tu mascarilla verde lima, y el cartel grande Vacunas sin cita.

Iba decidido:

_ Perdona, ¿te ha dolido mucho?

_un poco

_pues entonces ya vendré otro día si eso. Cuando iba por la piedra que pone Pilar Palazón, te oí:

_oye, no te la vas a poner?. Que es broma, que no duele ni un poco..!

_Ya, pero es que no estoy bien, tengo un poco de alergia y se podría complicar con la típica reacción.

_Jajaja, claro, claro. Vas para arriba?

_Si

_Yo también.

_cómo te llamas

_Pedro, y tú

_Sara

Y así entre bromas y aprensiones llegamos al Bar Quiosco del Parque.

_Una cerveza?, _dijo ella.

_Si!

Nos sentamos mirando a los árboles. Vino la camarera, alta, pelo largo, y unos ojos azules muy a juego con todo lo demás..  el mandil rojo.

Yo estaba tranquilo, tenía diez euros.

_qué vais a tomar

_cerveza

_yo, también, dijo ella. Y nos traes una tabla de quesos y te quitaste la mascarilla.

Era la primera vez que te veía la cara desnuda.

_ Estoy viendo los labios más bonitos del mundo.

_Jajaja!

_oye!, no serás rica?

_un poco.

Me explicó que en el confinamiento empezó a diseñar mascarillas con gestos, de risa, de roneo, de enfado, de frases. Y se vendieron muy bien, sobre todo las de las frases.

Dime dos para mis mascarillas.

Mirando profundamente al queso azul, le escribí en una servilleta:

-Día sin ti, noche perdía.

-Si no me besas seguiré en estambay.

-Anda, dame un toque al móvil.

 

 

 

domingo, 25 de julio de 2021

Por un beso

 

                                Por un beso

Con la pandemia lo tengo difícil, pero por si un día beso tus labios, me estoy blanqueando los dientes.

Si pierdo.., me quedaré sin esmalte, sin tu aliento, sin amapolas, sin el agua bendita, sin los montes que guardan tus secretos, sin nubes  heridas,  sin las cabañuelas, sin el sabor de tu pintalabios de albaricoque, sin el susto que quita el hipo, sin los yogures del Mercadona, sin las doce uvas.

No quiero llorar porque se me tapona un lacrimal y me escuece el ojo, pero vagaré eternamente esperando un milagro de los que se contarán a los que sufran los primeros desdenes amorosos, y a los que sufran los segundos , y  ..

Mientras, llenaré las traviesas de tren con flores,  los campos de azafrán,  los libros de poesía,  los días con tu nombre, y los postres con galletas Oreo.

Anochece, me voy a Triana, a cantarle al lucero del alba por soleá:

 

♫ Qué cosas tendrá el querer

Que hasta se hace poeta

El que no sabe ni de leer ♫